Si te ofrecieran elegir entre tarjetas y Tarjetones de visita, ¿sabrías cuál es la diferencia entre ambas? La mayoría de nosotros hemos visto tanto tarjetas como tarjetones, pero sin ser plenamente conscientes de sus diferencias y matices.
Por supuesto, la principal diferencia entre la tarjeta y el tarjetón es el tamaño. La tarjeta de visita suele tener un tamaño estándar y lleva el nombre de la persona, la empresa y datos como la Web o el teléfono. Son la forma más clásica de presentación y de darle a un cliente todos los datos sobre uno mismo y el lugar donde trabaja de manera muy rápida y eficaz.
El tarjetón es mucho más grande y suele tener un diseño más audaz y moderno. Una de las formas más habituales es la de un gran cuadrado o rectángulo. Pero incluso podemos encontrarlos troquelados, consiguiendo así llamar al máximo la atención de quienes los reciben, que siempre se ven más sorprendidos que cuando se les ofrece una tarjeta normal.
También existe una clara diferencia formal. Mientras que la tarjeta, aunque puede tener algunos toques originales, es más clásica en su concepto, el tarjetón permite mucho más juego en su diseño y se fabrican en acabados muy distintos que les confieren una gran calidad.
Esto es porque la tarjeta se utiliza exclusivamente, o casi exclusivamente, para dar los datos mientras que el tarjetón puede tener muchos más usos. Puede ser una excelente invitación para un evento, un tarjetón para agradecer al público que ha acudido a una conferencia o incluso el tarjetón puede dar pie a descuentos en la tienda que se representa.
Tan variados son los usos del tarjetón que incluso los encontramos como invitación para bodas informales, sobre todo por parte de parejas jóvenes que quieren una celebración menos encorsetada y con pocas solemnidades. El tarjetón no deja de ser bonito y elegante, pero también tiene un toque muy fresco y joven.
Cuando se encargan tarjetones hay que tener muy en cuenta el diseño porque va a ser la imagen de la empresa. Dejar el diseño de estas tarjetas de gran tamaño en manos de profesionales suele ser la mejor idea y también lo es contratar a una imprenta de calidad que ofrezca muchas posibilidades en cuanto a los acabados y permita desde realizar tarjetas sencillas hasta tarjetones para ocasiones muy especiales.